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Audiencia Pública Ambiental sobre la modificación de licencia para la Construcción Troncal de Los Andes en Chía

La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) invita a la comunidad, organizaciones sociales, entidades públicas y privadas, y demás actores interesados a participar en la Audiencia Pública Ambiental para la modificación de la Licencia Ambiental del proyecto Construcción Troncal de Los Andes que se realizará el domingo 30 de noviembre de 2025, a partir de las 8:00 a. m., en el auditorio Álvaro del Portillo de la Universidad de La Sabana, en el municipio de Chía, Cundinamarca.

El objetivo de la audiencia es dar a conocer la solicitud de modificación de la licencia ambiental, presentar los posibles impactos del proyecto y las medidas de manejo propuestas. Durante el espacio, la ANLA recibirá opiniones, documentos e información de la ciudadanía y demás actores, insumos fundamentales para la toma de decisiones dentro del proceso de evaluación ambiental.

Para facilitar la asistencia a la Audiencia Pública Ambiental, se dispondrá de transporte gratuito desde diferentes puntos a partir de las 7:30 a. m., con recorridos continuos hasta las 10:00 a.m. Al finalizar la audiencia, los vehículos retornarán desde la Universidad de La Sabana hacia los puntos de origen. En cada parada habrá personal identificado para apoyar la logística y garantizar el correcto traslado de los participantes.

Ruta 1: Hoqabiga Jumbo  Univ. de La Sabana
Ruta 2: Zea Mays Coliseo de La Luna → Univ. de La Sabana
Ruta 3: El Cairo → Codensa → Parmalat → El Humero → Univ. de La Sabana
Ruta 4: Ensueños de Saucedal → Polideportivo Samaria → Naranjos 1 → Univ. de La Sabana
Ruta 5: Vereda La Balsa → Panadería La Balsa → Univ. de La Sabana
Ruta 6: Vereda Fusca → IE Fusca Bachillerato → IE Primaria → Tienda Olímpica → Univ. de La Sabana

La jornada contará con transmisión en vivo a través del canal de YouTube de la ANLA (@ANLA_Col) e interpretación en lengua de señas colombiana, para garantizar la accesibilidad y la participación de toda la ciudadanía.

Consulte toda la información sobre el proyecto y la solicitud de licencia ambiental en www.anla.gov.co o a través del siguiente enlace:

Suspenden explotación minera en pleno páramo Rabanal en Lenguazaque

En un predio ubicado en pleno páramo de Rabanal en la vereda Gachaneca del municipio de Lenguazaque, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR realizó un nuevo operativo de alto impacto con el apoyo de la Fuerza Pública, con el fin de comprobar y detener la explotación de carbón mineral subterránea, de forma mecanizada.

Técnicos de la Unidad Integrada de Gobernabilidad Ambiental – UIGA de la CAR, junto con integrantes del Grupo de Caballería Mediano No. 13 Tequendama, del Ejército Nacional efectivos de la Dirección de Carabineros y Protección Ambiental de la Policía Nacional sorprendieron en situación de flagrancia el desarrollo de actividades de explotación y extracción de carbón, toda vez que al ingreso al lugar se observaron equipos como un malacate, ventilador y compresor que, aunque estaban apagados, tenían temperaturas elevadas que da cuenta de que esta maquinaria estaba en uso y energizada en los momentos previos al ingreso de las autoridades.

“Es importante dejar en claro que dentro de las zonas de páramo cualquier actividad está prohibida, de acuerdo con la normatividad vigente”, afirmó el director general de la CAR, Alfred Ignacio Ballesteros, quien explicó que, en el sitio se observaron dos tolvas de 20 y 40 toneladas de capacidad para el acopio del material extraído, así como dos patios de madera, un campamento, un tanque para almacenamiento de aire comprimido y evidencias de corte y adecuación reciente de madera utilizada para el sostenimiento subterráneo.

El funcionario indicó que adicionalmente, durante la visita se documentó la generación de residuos peligrosos – RESPEL, almacenados en dos tambores metálicos de 55 galones utilizados para el almacenamiento de aceite usado, los cuales se encontraban dispuestos directamente sobre el suelo sin ningún tipo de protección y a la intemperie.

Y es que, según los hallazgos hechos por los técnicos de la UIGA durante el operativo, la disposición inadecuada de insumos y elementos químicos podría aumentar la afectación en la zona, pues se identificó un derrame de aceite usado proveniente de los contenedores el cual discurría por gravedad sobre el suelo, ya que al entrar en contacto con la lluvia produce una alteración de las propiedades físicas.

“El aceite usado vertido al suelo se infiltra primero por las capas superficiales del mismo y, con el tiempo por acción de la gravedad, se puede llegar a infiltrar en las capas más profundas e incluso podría llegar a afectar la calidad del agua subterránea. En consecuencia, la gestión inadecuada del aceite usado y/o materiales contaminados con éste, así como su disposición a cielo abierto, afecta considerablemente los recursos hídricos y del suelo”, explicó Ballesteros.

El balance de los daños ocasionados por el desarrollo de actividades mineras en zonas de páramo se extiende a otros recursos, como por ejemplo la flora, por la remoción de la cobertura vegetal, que en este caso se extiende a un área de aproximadamente 0,18 hectáreas, ubicadas en el interior del Páramo de Rabanal - Río Bogotá, siendo un ecosistema estratégico que proporciona hábitat para diversas especies.

En términos de fauna, cabe recordar que los ecosistemas de páramo son hábitat de múltiples especies que han desarrollado adaptaciones particulares para sobrevivir a las condiciones extremas propias de estos entornos, como las bajas temperaturas, la radiación solar intensa y la limitada disponibilidad de oxígeno, siendo que una proporción significativa de estas especies es endémica, es decir, exclusiva de los páramos.

Y desde luego, la explotación de carbón mineral subterráneo ocasionó una alteración significativa en el recurso paisaje de páramo, especialmente por el marcado cambio cromático que produce sobre el entorno natural. Las zonas intervenidas presentan tonalidades oscuras y opacas, predominando los grises y negros característicos del material extraído y de los residuos del proceso minero, en contraste con los colores verdes y terrosos de las áreas aledañas no afectadas.

Por lo anterior, la Corporación impuso una medida preventiva justificada en el hecho de que la actividad fue sorprendida en flagrancia y además está prohibida en zona de páramo por su alto impacto sobre los recursos naturales. Por su parte, las autoridades del orden formalizaron la captura de tres personas que fueron trasladadas al municipio de Ubaté para su correspondiente judicialización ante la Fiscalía General.

Audiencia Pública Ambiental sobre el proyecto “Construcción Troncal de los Andes” en Chía

La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) realizará la Audiencia Pública Ambiental del proyecto “Construcción Troncal de los Andes”, a cargo de la empresa Accesos Norte de Bogotá S.A.S., como parte del proceso de evaluación de la modificación de la licencia ambiental.

Este mecanismo de participación ciudadana se desarrollará en dos espacios complementarios: la Reunión Informativa y la Audiencia Pública Ambiental, que permitirán a las comunidades conocer los detalles del proyecto, resolver inquietudes y presentar sus opiniones, ponencias o propuestas frente al trámite ambiental.

El proyecto, ubicado en jurisdicción del municipio de Chía (Cundinamarca), corresponde al trámite de modificación de la Licencia Ambiental del proyecto “Construcción Troncal de los Andes”, a cargo de la empresa Accesos Norte de Bogotá S.A.S., mediante el cual se busca modificar el trazado de la vía autorizada mediante la Resolución No. 02189 del 27 de noviembre de 2018.

Fechas y lugares de los espacios de participación

Reunión Informativa: domingo 9 de noviembre de 2025, desde las 8:00 a. m., en la Carpa Pabellón, vereda Samaria, sector El Humero, Chía (Cundinamarca).

Audiencia Pública Ambiental: domingo 30 de noviembre de 2025, desde las 8:00 a. m., en el Auditorio Álvaro del Portillo de la Universidad de La Sabana (Km 7, Autopista Norte, Chía, Cundinamarca).

Enlace de inscripción para la Audiencia Pública Ambiental: https://forms.office.com/r/N1pZQypRF8

La entrada a todos los espacios es libre. La Reunión Informativa no requiere inscripción previa, mientras que para participar activamente en la Audiencia Pública Ambiental deben inscribirse quienes deseen intervenir o presentar ponencias, opiniones o aportes durante la jornada.

Las inscripciones estarán abiertas hasta el 25 de noviembre de 2025, a las 5:00 p. m., a través del formulario virtual o mediante los siguientes canales oficiales de la ANLA: 
Línea gratuita nacional: 01 8000 112 998
Teléfono: (601) 254 0100
Página web: www.anla.gov.co
Correo electrónico: licencias@anla.gov.co

También podrán realizarse de forma presencial en las sedes de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y en la Personería de Chía.

Ambas jornadas contarán con transmisión en vivo a través del canal de YouTube de la ANLA (@ANLA_Col), con interpretación en lengua de señas colombiana, para garantizar la accesibilidad y facilitar la participación virtual de todas las comunidades.

La ciudadanía puede consultar más información sobre el proyecto y su trámite ambiental en el micrositio disponible en la página web de la ANLA o haciendo clic aquí.

Con este proceso, la ANLA reafirma su compromiso con la participación ciudadana, la transparencia y el acceso a la información ambiental, garantizando que las comunidades puedan involucrarse activamente y aportar de manera informada a la toma de decisiones sobre los proyectos que se desarrollan en su territorio.

A más de un kilómetro bajo tierra, la Sabana de Bogotá guarda valiosas reservas de agua

En la Sabana de Bogotá convergen municipios como Funza, Mosquera y Tenjo, por eso enfrenta sobreexplotación de sus acuíferos más superficiales. Fotos: Paola Atapuma, magíster en Ciencia - Geofísica de la U

 En la Sabana de Bogotá, una de las regiones más productivas del país, el agua que fluye por ríos, quebradas y pozos poco profundos empieza a escasear. Después de décadas de uso los acuíferos someros (capas subterráneas donde se acumula el agua de lluvia y que suelen encontrarse a menos de 200 m de profundidad) están llegando a su límite intensivo para riego, industria y consumo doméstico.

A esto se suma la expansión urbana, que ha ido cubriendo con concreto y construcciones las zonas donde antes el agua de lluvia se podía filtrar hacia el subsuelo para recargar los acuíferos. Al desaparecer esas áreas permeables —conocidas como zonas de recarga—, cada vez menos agua logra infiltrarse, lo que reduce la capacidad natural del territorio para reabastecer sus reservas subterráneas.

A lo anterior se añade la perforación descontrolada de pozos, muchos de ellos sin permisos ni estudios técnicos. Según la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), en la Sabana se registran cerca de 2.480 pozos, aunque se calcula que el número real podría ser mucho mayor si se incluyen los ilegales.

“Las reservas más superficiales se están agotando por el uso desmedido y la falta de control, mientras que las más profundas permanecen intactas, a la espera de ser estudiadas y administradas responsablemente”, afirma Paola Andrea Atapuma Acevedo, magíster en Ciencia - Geofísica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

Precisamente en esas profundidades, el subsuelo guarda una posibilidad real para aliviar la escasez. A más de 1 km bajo tierra se extiende el Grupo Guadalupe, una formación geológica que actúa como una “esponja natural”, capaz de almacenar agua en sus capas de areniscas permeables que se recargan lentamente desde los cerros Orientales, Occidentales y donde se encuentre aflorando este grupo.

Su nombre proviene del cerro de Guadalupe, en Bogotá, en donde su composición de areniscas compactas y lutitas intercaladas conservan el agua durante siglos bajo presión natural. Esta estructura la convierte en uno de los principales reservorios profundos del altiplano cundiboyacense.

Hasta ahora solo unos pocos pozos han alcanzado esas profundidades. “En la Sabana la mayoría no supera los 200 o 300 m, y apenas uno, ubicado en Tenjo y reacondicionado por la Alcaldía, ha confirmado la presencia de agua del Grupo Guadalupe”, anota la investigadora, quien decidió estudiar el subsuelo para evaluar la existencia y el alcance de estos acuíferos profundos aún desconocidos.

Agua y energía bajo la Sabana

Parte de su trabajo consistió en analizar registros de gravimetría y sísmica tomados años atrás en la región, y complementarlos con nuevas mediciones magnetotelúricas y sondeos eléctricos verticales realizados por ella misma. Estas observaciones se concentraron en zonas donde la forma del terreno y su estructura sugerían acumulación de agua subterránea.

Durante los sondeos eléctricos verticales, la investigadora midió la respuesta del terreno al paso de corriente eléctrica para identificar posibles acuíferos.

“Los métodos geofísicos permiten ‘ver’ lo que ocurre bajo tierra sin necesidad de perforar. La gravimetría revela diferencias en la densidad del terreno, la sísmica ayuda a conocer la profundidad de las capas y las mediciones eléctricas y magnetotelúricas muestran qué tan fácil puede moverse la corriente, un indicio de la presencia de agua. En conjunto forman una imagen tridimensional del subsuelo, algo así como una radiografía del cuerpo humano donde las zonas más porosas indican la posible presencia de acuíferos”, explica la magíster.

Además, incorporó un análisis petrofísico a partir de muestras de roca extraídas con el apoyo de una empresa de flores. A cada fragmento se le midieron propiedades como la susceptibilidad magnética y la radiación gamma, parámetros que ayudan a identificar el tipo de roca y su capacidad para almacenar agua.

“Estas pruebas confirmaron la composición arenosa del Grupo Guadalupe y reforzaron la hipótesis sobre su potencial como reservorio profundo”, asegura.

También revisó información de pozos existentes y registró sus temperaturas, lo que le permitió evaluar el calor del subsuelo como fuente de energía limpia. Su idea fue analizar si estos pozos tendrían un doble uso, no solo para extraer agua sino también para aprovechar la temperatura constante del terreno mediante bombas de calor.

El análisis del modelo tridimensional permitió delimitar tres áreas con alto potencial hídrico y térmico. En el sector de Funza–Subachoque, los registros geofísicos mostraron señales de agua entre los 1.100 y 1.500 m de profundidad.

Medición de la susceptibilidad magnética en muestras de roca del pozo Flores Funza, empleadas para identificar variaciones en la composición del subsuelo y su capacidad de almacenar agua.

En el municipio de El Rosal, las capas acuíferas aparecen más cerca de la superficie, alrededor de los 600 m, lo que facilitaría su acceso.

Y en el municipio de Mosquera, en la Granja Experimental Marengo, de la UNAL, el modelo sugiere un espesor continuo del Grupo Guadalupe de más de 900 m. Esta condición la convierte en un sitio ideal para probar el doble uso del pozo: la extracción de agua y el aprovechamiento geotérmico.

Los resultados se compararon con la información de un pozo ubicado en Tenjo, perforado originalmente por la industria petrolera y reacondicionado por la Alcaldía. Las mediciones en ese punto confirmaron la presencia de agua proveniente del Grupo Guadalupe, lo que demuestra que el reservorio es real y está activo.

Reservas valiosas que se deben usar con cuidado

La investigadora advierte que el agua hallada a grandes profundidades no es igual a la que se obtiene de los pozos superficiales. Al permanecer durante siglos en contacto con las rocas, el líquido disuelve parte de los minerales del subsuelo, lo que modifica su composición química y le da una temperatura más estable. Estas características la convierten en una fuente valiosa para usos agrícolas, industriales o energéticos, ya que suele ser más limpia en términos biológicos y menos vulnerable a la contaminación externa.

Sin embargo, “antes de destinarla al consumo humano se debe someter a un tratamiento que elimine el exceso de sales y minerales acumulados en su recorrido subterráneo”, amplía.

Pozo de agua en el municipio de Funza, punto de referencia para

el estudio  de los acuíferos profundos de la Sabana de Bogotá.

El estudio también estimó que los pozos existentes en la Sabana tendrían un aprovechamiento geotérmico de baja entalpía, es decir, una forma de energía limpia basada en el calor constante del subsuelo. Si se instalaran bombas de calor en los más de 2.000 pozos registrados por la CAR, se podría cubrir la demanda energética de una ciudad del tamaño de Funza o incluso parte del consumo de una zona industrial.

“En países como España o Alemania este tipo de energía se usa para calefacción o refrigeración de edificaciones. En Colombia podríamos adaptarla a nuestras condiciones y aprovecharla en invernaderos, laboratorios o plantas agroindustriales, reduciendo así la dependencia de combustibles fósiles”, explica la magíster Atapuma.

El trabajo de campo implicó largas jornadas de adquisición de datos en diferentes puntos de la Sabana, con apoyo de docentes, estudiantes y empresas que facilitaron equipos y registros previos. La investigadora destaca el acompañamiento del profesor Orlando Hernández Pardo, del Departamento de Geociencias, quien dirigió la tesis y orientó la integración de los métodos geofísicos con el análisis del modelo tridimensional que permitió identificar las zonas con mayor potencial hídrico y térmico.

En Zipaquirá la expansión urbana incrementa la presión sobre ríos y quebradas

Con las modificaciones al POT en zonas suburbanas el índice de ocupación (IO) pasó del 20 al 40%. Foto: Michael Runkel / Robert Harding Rf / Robertharding vía AFP.

La investigación realizada por Juan Sebastián Fonseca, magíster en Gobierno Urbano de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), evidenció que en Zipaquirá las modificaciones al POT en las áreas de transición entre lo urbano y lo rural (zonas suburbanas) duplicaron los índices de ocupación —del 20 al 40 %— entre las versiones de 2000 y 2003, lo que permitió urbanizar áreas concebidas originalmente para regular la expansión hacia suelos agrícolas y ecosistemas sensibles.

El estudio reconstruyó hasta el 2000 la historia hídrico-urbana de Zipaquirá y de la Sabana de Bogotá —conformada por 27 municipios—, analizando los cambios en el uso del suelo y su relación con las fuentes de agua.

“Encontramos que la urbanización temprana del municipio siguió lógicas territoriales heredadas de los periodos muisca y premuisca, y que durante la colonia se consolidó una división espacial entre el ‘pueblo de blancos’ y el ‘pueblo de indios’, una forma temprana de segregación socioespacial. Esa separación histórica sigue presente hoy en la manera en que se han transformado los suelos agrícolas en áreas residenciales, muchas de ellas ubicadas sobre rondas de ríos y quebradas”, afirma el magíster.

Al superponer las cartografías del POT se evidenció que la ciudad continúa las dinámicas de segregación socioespacial sobre suelos agrícolas y rondas hídricas. Foto: SOS Amoladero.

En ese contexto, el crecimiento urbano reciente se ha concentrado en el noroccidente del municipio, en donde se desarrollaron proyectos de vivienda de interés social (VIS) y vivienda de interés prioritario (VIP). Como consecuencia, zonas cercanas a las quebradas El Molino y El Amoladero han perdido franjas verdes y suelos productivos, que han sido reemplazados por urbanizaciones cerradas y proyectos de alta densidad, con edificaciones de hasta 12 pisos que ejercen presión directa sobre estos cuerpos de agua.

El investigador también revisó los POT de 2000, 2003 y 2013, comparando sus disposiciones con la expansión real de la ciudad mediante cartografía y análisis normativo. Este ejercicio le permitió evidenciar cómo las modificaciones sucesivas facilitaron el avance urbano sobre zonas originalmente destinadas a contención, y cómo en la franja de expansión se concentraron conflictos entre dinámicas urbanas y sistemas hídricos, documentados a partir de las percepciones de actores sociales y comunitarios.

“Al superponer las cartografías de los diferentes POTs evidenció que la ciudad ha mantenido las mismas dinámicas de segregación socioespacial sobre suelos agrícolas y rondas hídricas, generando nuevas conflictividades sin darles manejo. Esa lectura permitió ver que el instrumento no solo quedó desactualizado, sino que además no ha logrado concretar un modelo de ciudad armonioso con el agua, ni en el papel ni en la práctica”, señala el magíster Fonseca.

La coexistencia de un alcantarillado mixto, donde confluyen aguas residuales y pluviales, incrementa la carga contaminante. Foto: archivo Unimedios.


El agua sin “voz” en la planeación

La ausencia de una visión integral del agua en el POT se refleja directamente en el sistema de acueducto de Zipaquirá. El municipio se abastece de una planta de tratamiento regional que comparte con Nemocón y Cogua, a través de redes de distribución instaladas hace décadas. Más del 30 % del agua tratada se pierde por fugas, superando los límites legales permitidos, y una gran parte de Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado —formulado en 2011— sigue sin ejecutarse, a pesar de haber superado su horizonte de planeación.

A esta situación se suma una distribución desigual del recurso: mientras los barrios tradicionales enfrentan cortes frecuentes, los nuevos conjuntos residenciales son priorizados, lo que refleja que la expansión urbana ha avanzado sin considerar la capacidad hídrica real del territorio.

Este escenario convierte el manejo del agua en un problema integral, en el que, además de las dimensiones ambientales y sociales mencionadas, se cruzan las culturales, pues la transformación de suelos agrícolas ha erosionado la identidad campesina y debilitado el vínculo histórico de la población con el agua como sustento de vida.

Una torre de Babel institucional

El caso de Zipaquirá es representativo de lo que ocurre en varios municipios pequeños de la Sabana de Bogotá que enfrentan limitaciones técnicas e institucionales para actualizar y ejecutar sus instrumentos de ordenamiento. Su POT, expedido en el 2000, tuvo modificaciones excepcionales en 2003 y 2013, pero debió ser objeto de una revisión estructural en 2012, lo que no ocurrió. Como resultado, hoy opera desactualizado y sin incorporar integralmente resoluciones ambientales recientes de entidades como la CAR o el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, ni fallos judiciales como la sentencia que ordena el saneamiento del río Bogotá.

La expansión ha afectado zonas cercanas a la quebrada El Molino y El Amoladero. Foto: SOS Amoladero.

Este rezago ha creado un campo normativo ambiguo, en el que las administraciones locales pueden otorgar licencias con base en el POT, en circulares internas o en otras normatividades que no están articuladas coherentemente entre sí. Las tensiones con el nivel nacional —ambiental, agrario y cultural, dado que el centro histórico es patrimonio nacional— se superponen sin una jerarquía clara, generando vacíos y conflictos regulatorios.

“Esto ha derivado en una verdadera torre de Babel institucional que dificulta la gestión sostenible y abre espacios a prácticas discrecionales, por ejemplo en el licenciamiento”, advierte el investigador.

A este problema institucional se suma la precariedad de la infraestructura sanitaria. Zipaquirá no cuenta con una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) plenamente funcional, el sistema actual, basado en una laguna de oxidación diseñada en el POT del 2000, rebosa en temporada de lluvias y descarga directamente al río Bogotá.

“La coexistencia de un alcantarillado mixto, donde confluyen aguas residuales y pluviales, incrementa la carga contaminante y limita la capacidad de respuesta frente al crecimiento poblacional”, indica el magíster.

Por otra parte, la presión sobre el recurso hídrico trasciende las fronteras municipales. Zipaquirá depende en parte de la cuenca del río Neusa, compartida con otros municipios de la Sabana, lo que evidencia la falta de articulación regional en la planeación.

Ciudadanía y territorios sensibles al agua

La investigación del magíster Fonseca también identificó procesos comunitarios que han surgido como respuesta a las deficiencias institucionales. En la quebrada El Amoladero, por ejemplo, habitantes de la zona se han organizado para defender la ronda hídrica y proponer alternativas locales de manejo, articulando prácticas cotidianas con una visión territorial del agua.

En Zipaquirá la expansión urbana ha llevado a un aumento de la presión sobre rondas

de ríos y quebradas, y pérdidas en el sistema de acueducto. Foto: SOS Amoladero.

Tales hallazgos evidencian que la planeación urbana, particularmente en Zipaquirá, enfrenta una debilidad estructural en el desconocimiento del agua como eje central del territorio. Así mismo, sin la actualización de los POT y su articulación con normas ambientales y resoluciones judiciales, los municipios seguirán expuestos a crisis de abastecimiento, deterioro de ecosistemas y conflictividades sociales ligadas a su dimensión hídrica en su expansión.

Así, la investigación concluye que el agua no solo es un recurso sino un actor territorial que configura la forma en que se habita el territorio, que cumple un rol desde lo ambiental, cultural, político y simbólico, y que opera en diferentes escalas, de lo local a municipal y regional.

Lagunas: La Herrera; alto nivel de contaminación. Ubaque; buena salud.

La calidad del agua de lagunas de Cundinamarca ahora se
puede monitorear con drones especializados.
Fotos. Diego Joaquín Rugeles Martínez, magíster en Geomática de la UNAL.
Con inteligencia artificial y drones detectan altos niveles
de contaminación  en la laguna de La Herrera
agenciadenoticias.unal.- El modelo reconoce en segundos y con una precisión de entre el 75 y 90 % el estado del agua, gracias a cientos de imágenes tomadas por el dron —a alturas de 90 a 200 m— que permiten mapear por completo las dos lagunas. Con ayuda de algoritmos de IA se determinan parámetros como turbidez, nitratos y fosfatos, factores decisivos para establecer si un cuerpo de agua está contaminado o no.

Esa lectura desde el aire fue posible gracias a la investigación de Diego Joaquín Rugeles Martínez, magíster en Geomática de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien diseñó una metodología para evaluar la calidad del agua en cuerpos lénticos, como se les llama a las lagunas porque no presentan corrientes rápidas como los ríos.

Su trabajo responde a un problema frecuente en Colombia y en el mundo: cómo monitorear de manera rápida y económica los lagos y lagunas que abastecen a comunidades enteras, sostienen la biodiversidad y cumplen funciones esenciales en el equilibrio ecológico.

Hasta ahora la medición de la calidad del agua dependía de las muestras tomadas en puntos específicos y analizadas en laboratorio. Aunque el método es preciso resulta lento, costoso y limitado, pues no siempre refleja lo que ocurre en toda la laguna. La propuesta del investigador Rugeles supera esa barrera con drones equipados con cámaras que captan longitudes de onda invisibles al ojo humano y permiten estimar la concentración de contaminantes.

“Una sola prueba para medir la acidez del agua puede costar hasta 80.000 pesos; si se multiplica por los puntos de muestreo y se añaden otros parámetros el valor se dispara. Además los resultados pueden tardar entre 24 horas y 15 días según el lugar, lo que dificulta conocer la calidad real del agua en el momento de la medición”, explica el experto de la UNAL.

Tres parámetros que revelan la salud del agua

El estudio se enfocó en tres parámetros cruciales para determinar si el agua está contaminada o no: la turbidez (qué tan clara o turbia está el agua), los nitratos (asociados con el uso de fertilizantes y desechos orgánicos) y los fosfatos (nutrientes que, en exceso, disparan la proliferación de algas).

En el estudio se tomaron muestras del agua para entrenar el algoritmo
con información precisa sobre la contaminación de cada lugar.
Además, en las lagunas seleccionadas se recolectaron 30 muestras de agua que se analizaron en laboratorio, lo que permitió entrenar y validar los modelos de predicción, es decir, mostrarle los datos a un algoritmo de IA que aprende a identificar lo que es buena o mala calidad del agua según estos parámetros.

Para el procesamiento el investigador aplicó tres algoritmos de aprendizaje automático diseñados en el lenguaje de programación Python, todos implementados para encontrar relaciones ocultas entre las imágenes y los valores químicos. El algoritmo GBR (Gradient Boosting Regressor) fue el que mostró mejores resultados, con predicciones más estables y precisas.

Las imágenes mostraron que la laguna La Herrera registra niveles muy altos de turbidez y nutrientes, una evidencia de su deterioro por la escorrentía de las minas a cielo abierto dedicadas a materiales de construcción. Estos hallazgos coinciden con reportes previos de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca y la Alcaldía de Mosquera. En contraste, la laguna de Ubaque, sometida a procesos de restauración y bajo protección ambiental, conserva valores bajos y un estado cercano al natural.

Los drones se han convertido en una de las herramientas más
innovadoras para realizar monitoreos en agricultura, cuerpos
de agua y otros campos del conocimiento.
La turbidez permite determinar qué tantas partículas distintas a las de agua hay en la laguna, para el caso de la Herrera había cerca de 700 NTU (unidades nefelométricas de turbidez), mientras que en Ubaque el valor era de solo 3 NTU. Por otro lado los nitratos, que en valores altos significan un ambiente ideal para bacterias como Eschericia coli y para otros parásitos y ambientes patógenos, en el caso de La Herrera llegaba a 70 miligramos por litro de agua (mg/L), mientras que en Ubaque solo a 6 mg/L.

El dron no “ve” el agua como nosotros, sino que registra la luz que esta refleja en distintos colores, incluso en rangos invisibles al ojo humano. Cuando hay turbidez o exceso de nutrientes como nitratos y fosfatos, la forma en que el agua refleja la luz cambia: se vuelve más brillante en ciertas longitudes de onda y más opaca en otras. Esas variaciones, imperceptibles para nosotros, quedan registradas en imágenes multiespectrales que, con ayuda de algoritmos de IA, se traducen en valores concretos de turbidez y concentración de nutrientes.

Un diagnóstico ambiental rápido y confiable

El hallazgo más importante no se limita a esas dos lagunas. La investigación demostró que la calidad del agua se puede “leer” desde el aire, con una tecnología que ahorra tiempo y dinero frente a los métodos convencionales, y que además permite generar mapas completos de contaminación, no solo datos aislados de algunos puntos.

En cuestión de segundos y de manera automatizada, la herramienta permite
determinar la calidad del agua de una laguna.
En total se tomaron más de 800 imágenes con el dron en casi 10 vuelos que cubrieron toda la extensión de las lagunas. Esto es innovador, pues hasta el momento en el país no se había implementado un modelo de este estilo para medir la calidad del agua.

El investigador Rugeles explica que “la utilidad práctica es enorme, de hecho ya se está aplicando en tiempo real en el humedal Córdoba, al noroccidente de Bogotá, en la localidad de Suba, en un proyecto denominado “Sistema de monitoreo de calidad del agua para humedales de Bogotá a partir de inteligencia artificial”.

Con este avance, la UNAL les entrega a las entidades encargadas de proteger estas lagunas la posibilidad de monitorear las aguas de manera novedosa y precisa, pues el algoritmo tiene un 90 % de precisión, lo cual lo hace fiable y complementario a las pruebas de laboratorio.

La investigación muestra que el método es crucial para enfrentar la eutrofización, un fenómeno que afecta a la mayoría de las lagunas y ríos en Colombia y que ocurre cuando el exceso de nutrientes genera proliferación de algas, pérdida de oxígeno y muerte de peces y otros organismos, produciendo un desequilibrio en el ecosistema.

Diego Joaquín Rugeles Martínez, magíster en Geomática de la UNAL.
“La contaminación de la laguna de La Herrera restringe el uso que los habitantes del municipio les podrían dar a sus aguas, las cuales se podrían utilizar para actividades agrícolas o como agua potable. Por ello urgen medidas que recuperen este importante afluente, que se ve contaminado por los sedimentos que llegan desde el río Bojacá”, afirma el magíster.

Los drones, asociados hasta hace poco especialmente con la fotografía aérea o la agricultura de precisión, ahora se consolidan como aliados de la salud pública y de la conservación, capaces de convertir un simple vuelo en un diagnóstico de los ecosistemas acuáticos.

Comunidades de Cundinamarca liderarán la conservación de 23 humedales

La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo - PNUD culminaron de manera exitosa la convocatoria “Humedales por la Biodiversidad”, que busca por medio de organizaciones sociales de base comunitaria, generar acciones para conservar y proteger 23 humedales de la jurisdicción.

En esta primera fase, se postularon más de 50 organizaciones de base comunitaria, entre ellas Juntas de Acción Comunal – JAC, Juntas Administradoras de Acueductos, Fundaciones, Asociaciones, entre otras; de las cuales se seleccionaron un total de 23 que cumplieran con los requisitos y documentos establecidos en el marco de la convocatoria, una vez completaran el proceso de postulación con documentos a subsanar o ajustar.

Cabe recordar que esta convocatoria tuvo una amplia difusión a través de los canales digitales de las entidades que la lideran, apoyada en jornadas de socialización e información en más de 12 regionales de la jurisdicción, cobijando 27 municipios del territorio y desplegando la estrategia a más organizaciones locales.

“Gracias a esta iniciativa 23 organizaciones contarán con un recurso de hasta 130 millones de pesos para la ejecución de actividades de mejoramiento y protección en los ecosistemas humedal, permitiendo que a través de estas alternativas empoderemos a la comunidad en el cuidado y conservación de estos ecosistemas mediante el mecanismo de gobernanza participativa”, señaló Alfred Ballesteros, director general de la CAR.

Cabe recordar que entre los municipios que contarán con la implementación del programa se encuentran Apulo, Cachipay, Chía, Cota, Facatativá, Granada, Guaduas, La Vega, Manta, Nimaima, Pasca, Saboyá, Sesquilé, Soacha, Sopó, Supatá, Sutatausa, Tena, Tocancipá y Ubaté.

Actividades de restauración ecológica participativa como la plantación de árboles nativos, recuperación del espejo de agua, control de especies invasoras, manejo de áreas en proceso de regeneración natural, acciones de ciencia participativa con monitoreo de flora, fauna como del agua, clima y suelo; encuentros de formación en temáticas ambientales, fortalecimiento de servicios ecosistémicos como el turismo de naturaleza o la protección de polinizadores, entre otra, son las que integran esta estrategia de conservación.

Desde la CAR se invita a las comunidades a estar atentas a la información que será compartida a través de los canales oficiales de comunicación de la página web de PNUD, sobre los resultados y beneficiarios del proyecto, que se encuentran publicados desde el 20 de agosto.

CAR suspende matadero clandestino en Ubaté, Cundinamarca, por vertimientos ilegales

La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ordenó la suspensión inmediata de actividades de un matadero clandestino ubicado en la vereda Soagá del municipio de Ubaté, tras evidenciar el vertimiento de aguas residuales no domésticas directamente al suelo a un área aproximada de 1.800 m².

Durante una inspección técnica, la autoridad ambiental evidenció que el establecimiento no contaba con los permisos ambientales necesarios y que las aguas residuales generadas por el sacrificio de bovinos eran vertidas sin ningún tipo de tratamiento previo, lo que representa un riesgo directo para el recurso suelo.

La diligencia estuvo a cargo del equipo técnico y jurídico de la dirección regional Ubaté, el cual, al llego al predio pudo constatar la presencia de sangre bovina directamente sobre el suelo de la zona de sacrificio, así como la presencia de moscas, materia orgánica en descomposición y por tanto fuertes olores característicos de este tipo de actividades.

Así mismo, el equipo CAR pudo comprobar la ausencia de un sistema de tratamiento de aguas adecuado, lo que convierte el vertimiento en una actividad ilegal al no contar con el respectivo permiso ambiental.

Durante la visita los técnicos encontraron cuatro reses adultas en proceso de canalización, cuarteo y desposte, así como canales colgadas en ganchos metálicos, listas para su distribución.

También se hallaron canecas de 55 galones y canastillas plásticas utilizadas para el almacenamiento temporal de carne y vísceras, determinándose una producción de entre 8 y 10 reses sacrificadas cada semana.

“Este tipo de actividades clandestinas representan una amenaza para el equilibrio ambiental y la salud pública, por lo que no nos detendremos, continuaremos realizando operativos de control y seguimiento en el territorio para prevenir este tipo de prácticas ilegales”, afirmó Julio Cesar Sierra León, director regional Ubaté de la CAR.

Tal como quedó consignado en el informe técnico, en este punto las aguas residuales generadas por el proceso de sacrificio eran vertidas al suelo, causando seria afectación por filtración de líquidos contaminantes.

“Estas acciones demuestran que la unión de esfuerzos entre autoridades y comunidad puede poner freno a prácticas ambientales inadecuadas, por lo cual, en esta oportunidad trabajamos de manera articulada con la Subdirección de Vigilancia de Salud Pública de la Secretaría de Salud de Cundinamarca”, puntualizó el funcionario.

La Corporación reitera el llamado a denunciar cualquier tipo de actividad que ponga en riesgo el equilibrio ambiental de la zona y en consecuencia, el bienestar y salud de las personas.

Pasca reunió a campesinos y gobierno en la PreCOP Diálogo Social

Delegaciones campesinas de municipios circundantes al Paramo Cruz Verde - Sumapaz se reunieron con representantes ministeriales y gubernamentales este sábado 5 de octubre en el municipio de Pasca.

Con el liderazgo de Martha Carvajalino, ministra Agricultura, y Susana Mohamad, ministra de Medio Ambiente, delegaciones campesinas se reunieron en Pasca para abordar los temas relacionados con la delimitación de páramos, la agroecología, las zonas de reserva campesina, el desarrollo productivo, las vías terciarias, la biodiversidad y el respeto a los derechos del campesinado. 

Quedó claro en la reunión, que tanto para el gobierno como para las delegaciones campesinas el tema fundamental es la defensa del agua. Al escuchar la lectura de las conclusiones del encuentro se entiende que el agua es el eje motivador, los diferentes sectores campesinos reclaman el reconocimiento como defensores del agua, esto teniendo en cuenta que en algunas esferas de la sociedad se ha pretendido insinuar que son los campesinos quienes "malgastan el agua y atentan contra las cuencas, los caudales y los cuerpos de agua". Advirtieron quienes intervinieron a lo largo de la jornada cómo los campesinos son quienes con mayor esmero protegen la capa vegetal así como los nacederos, las corrientes y los sistemas productores de agua.

No confundir a la campesina, al campesino, con los latifundistas que arrasan grandes extensiones de tierra para favorecer el monocultivo. El campesino "protege el agua que le da vida" y el "latifundista utiliza el agua para aumentar sus ganancias". 

También se escuchó por parte de algunas delegaciones, un sentido reclamo hacia el aparato estatal, dicen los campesinos, que en algunos casos pareciera diferente el objetivo de la presidencia y del gabinete al desarrollo de programas y acciones en las entidades. Se le pide al gobierno central mayor control y exigencia hacia funcionarios del nivel medio. La tramitología, las ganas de mostrarse y en algunas ocasiones las diferencias políticas logran enredar y trancar los procesos administrativos dirigidos a las comunidades.

Por el lado gubernamental, la ministra de agricultura solicita al campesinado hacer esfuerzos y fortalecer la organización de las personas en grupos constituidos para lograr priorizar los proyectos ya que todos no se pueden ejecutar al tiempo, pero si las comunidades están organizadas serán  más los proyectos que se conviertan en realidad. También para la ejecución de las obras es necesario identificar cuales son las que primero deben realizarse en un sector o región, al tiempo, el gobierno trabaja para ayudar a definir las necesidades en producción, organizar la producción ahorra esfuerzo, garantiza la seguridad y la soberanía alimentaria, y rinde mejor el recurso invertido. 

Fortalecer las zonas de reserva campesina, y todas aquellas figuras que permitan al campesino colombiano gozar de plenos derechos y que le permitan a toda Colombia mantener lo más preciado; el agua y la vida.

La permanencia del campesino en los páramos también quedó aclarada, el problema del páramo no es el campesino, el problema del páramo es el depredador del medio ambiente.

De esta reunión y de otras actividades similares, el gobierno presentará en la COP 16 materiales para la discusión internacional.

CAR impone medida a establecimiento comercial en Guaduas, Cundinamarca por afectar el río San Francisco

Profesionales de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca - CAR realizaron visita de inspección a un establecimiento comercial ubicado en el sector del barrio Galán, en el municipio de Guaduas que dio como resultado la imposición de una medida de suspensión por la construcción de un sistema de tratamiento de aguas residuales, así como la disposición de elementos sobre el río San Francisco.

La diligencia se surtió a través de la dirección regional Bajo Magdalena, con el objetivo de evitar daños o peligros al río San Francisco ya que es la fuente hídrica que abastece al acueducto del caso urbano del municipio de Guaduas.

“Con la actuación de la CAR se busca minimizar riesgos y afectaciones no solo al medio ambiente, sino también al paisaje y la salud humana”, dijo Andrés Pérez, director regional de Bajo Magdalena.

Durante el operativo, los técnicos de la CAR evidenciaron que se están desarrollando construcciones sin las correspondientes licencias que se deben tramitar ante el municipio, a lo que se suma que en este sector del barrio Galán se observó ausencia de un sistema de alcantarillado.

Así las cosas, la CAR instó a la oficina de Planeación de la Alcaldía de Guaduas y a la Inspección de Policía a adoptar medidas de suspensión de las obras donde no se cuente con las respectivas licencias de construcción.

Desde la CAR se reitera que las zonas de ronda de las fuentes hídricas son de especial protección en donde se deben desarrollar actividades de conservación y protección del recurso.

CAR impuso medida preventiva a cultivador de papa que invadió zona de páramo en Subachoque

La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca -CAR impuso medida preventiva al propietario de un cultivo de papa que invadió parte del páramo de Arce, que, a su vez, hace parte del área protegida del páramo de Guerrero en el municipio de Subachoque.

En diligencia adelantada por la Dirección Regional Sabana Occidente se pudo determinar la presencia de maquinaria tipo tractor para la siembra de 8,3 hectáreas de papa en la vereda El Oso, que superan la frontera agrícola y ocupan un ecosistema protegido por la Ley, por lo cual la autoridad ambiental dispuso la medida correspondiente.

“En cumplimiento de los compromisos del nuevo Plan de Acción, fortaleceremos el seguimiento y control que nos corresponde, más aún si se trata de ecosistemas estratégicos indispensables para la regulación del recurso hídrico”, afirmó Mercy Johanne Ospina Cuartas, directora regional Sabana Occidente de La CAR.

La funcionaria agregó que al propietario del cultivo se le otorgarán las garantías para un debido proceso, al tiempo que informó que desde su Dirección se avanzará en estrategias educación ambiental y sensibilización que generen en los agricultores una cultura de corresponsabilidad con los ecosistemas de páramo, toda vez que estos albergan una importante cantidad de flora y fauna, y es allí donde nace el río Subachoque y otras fuentes hídricas importantes para sostenibilidad social y económica de la jurisdicción.

Reservorios de aguas lluvias en Beltrán, Jerusalén y Nariño

Campesinos de Beltrán, Jerusalén y Nariño recibieron reservorios de
aguas lluvias construidos por la CAR
En los municipios de Beltrán, Jerusalén y Nariño, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) entregó 10 reservorios para el almacenamiento de aguas lluvias con los que beneficia a los campesinos de las zonas más afectadas por problemas de desabastecimiento y/o sequía.

Estas entregas hacen parte de las estructuras construidas en 2023 y cada una cuenta con capacidad para almacenar 120 metros cúbicos de agua. Actualmente, la entidad avanza en la construcción de nuevos reservorios, como parte de la meta de las cinco mil unidades que espera tener listas en los próximos cuatro años, articulando estrategias de educación ambiental, implementación de acuerdos de conservación, así como siembra y/o plantación de árboles en los predios de la población rural beneficiada.

“Yo cultivo maíz y ahuyama y últimamente se me han perdido por falta de agua. Ya con este reservorio podré sacar mis cultivos adelante”, destaca Leonidas Pedreros, campesino del municipio de Jerusalén, beneficiado con la iniciativa.

De acuerdo con la CAR, la construcción de reservorios tiene como función la recolección de aguas lluvias en épocas de invierno para que, en temporadas de verano, cuando se generen riesgos de desabastecimiento, los campesinos cuenten con el recurso hídrico para el riego de cultivos y la sostenibilidad de actividades agrícolas y ganaderas.

“La implementación de sistemas de almacenamiento en estos municipios es de gran importancia teniendo en cuenta su alta vulnerabilidad por desabastecimiento de agua y crisis a las que se han enfrentado por la ausencia de este recurso vital, por lo que esta es una oportunidad para que en el diario vivir, las familias campesinas de la región puedan contar con un depósito de agua en su predio para la sostenibilidad agrícola y su seguridad alimentaria”, destacó Diego Guerrero, Líder del proyecto Sistemas de Almacenamiento y Gestión del Riesgo.

Actualmente la entidad construye las nuevas estructuras en predios de familias rurales de los municipios de Susa, Ubaté y Carmen de Carupa. Posteriormente avanzará con la estrategia en los municipios que de acuerdo con evaluaciones técnicas se vayan priorizando, hasta abarcar el cien por ciento del territorio.

La construcción de reservorios hace parte de las acciones de gestión del cambio climático, reducción de riesgos de vulnerabilidad social y ambiental y el fortalecimiento de medidas de mitigación y adaptación implementadas por la CAR.

La CAR suspende actividades en una mina de la vereda El Tablón en Cucunubá

 La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR impuso medida de suspensión de actividades de extracción y excavación de carbón de socavón a un particular cuyo predio está ubicado en el sector El Pozo, vereda el Tablón del municipio de Cucunubá- Cundinamarca.

En operativo realizado de manera articulada entre la Dirección Jurídica, la Dirección Regional Ubaté de la CAR, el Ejército Nacional y Carabineros de la Policía, se identificaron afectaciones ambientales sobre los recursos suelo, por cambios en la topografía del terreno, flora, por disposición indebida sobre coberturas vegetales, aire por la generación de material particulado y agua por infiltraciones contaminantes.

Al momento de la diligencia, funcionarios de la CAR y las autoridades municipales identificaron la presencia de nueve operadores en la zona, quienes realizaban las labores de minería que afectaban los recursos naturales.

“Ejerciendo nuestro rol como autoridad ambiental impusimos la suspensión de las actividades en esta predio, la cual debe ser acatada de manera inmediata, de acuerdo con la Ley 1333 de 2009, que prevé la ejecución de este tipo de medidas”, afirmó Luz Dary Castañeda Hernández, directora regional Ubaté de la CAR.

La CAR reitera el llamado a la comunidad a acatar las normas vigentes y a abstenerse de realizar actividades mineras sin los correspondientes permisos y autorizaciones, toda vez que atentan contra el patrimonio ambiental de esta zona.

La CAR inicia la instalación de paneles solares en doce instituciones educativas.

 La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) adelantó la instalación de paneles solares en doce instituciones educativas departamentales en los municipios de Cota=6, Girardot =2 y Ubaté=4, como una de las estrategias de mitigación al Cambio Climático.

 Bajo la realización de este tipo de acciones, la corporación busca promover el uso de energías renovables, como la solar, con el fin de disminuir la dependencia de combustibles fósiles.

 “Con la instalación de estos 12 sistemas fotovoltaicos, estamos dando un paso significativo hacia la transformación del sistema energético” afirmó el director de la CAR Alfred Ignacio Ballesteros.

 Mediante el funcionamiento de estos sistemas se prevén varios beneficios entre ellos:

 - Reducción de aproximadamente un 60% de las emisiones de CO2 provenientes del consumo de energía con fuentes tradicionales.

 - Disminución del gasto público asociado a la prestación del servicio de energía comercial en las instituciones educativas.

 - Cumplimiento de los compromisos de reducción de emisiones estrategia 2050 y contribución a los esfuerzos internacionales contra el cambio climático, entre otros.

 “Actualmente estamos culminando la instalación de estos sistemas fotovoltaicos para aportar al cumplimiento de la meta nacional e internacional hacia energías renovables, reduciendo la dependencia hacia combustibles fósiles” aseguro la directora de Gestión del Ordenamiento Ambiental y Territorial de la CAR, Ángela Martínez.

 La CAR reitera el seguir trabajando en colaboración con diversas instituciones y la comunidad en general para enfrentar los desafíos del cambio climático y construir un futuro más sostenible para todos.

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