Agencia de Noticias UN- “Lo ocurrido en Cabrera desde 2000 es un ejemplo de la implementación de la figura de las Zonas de Reserva Campesina (ZRC)”, explica el profesor Juan David Barreto, magíster en Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).
Para
el docente, buena parte de los problemas del campo colombiano surgieron a
partir de que se hizo un mal ordenamiento del territorio rural, y además hubo
fallas tanto en las lógicas de apropiación de la tierra como en la producción,
problemáticas que se pueden solucionar con la implementación de las ZRC.
Las
ZRC volvieron a ser importantes después la firma del Acuerdo de Paz entre el
Gobierno nacional y las Farc, cuando se incluyeron en el punto de la Reforma
Rural Integral. Sin embargo esta figura no es nueva, pues su origen se remonta
al capítulo XIII de la ley 160 de 1994, sobre “Colonización, Zonas de Reserva
Campesina y Desarrollo Empresarial”.
“Uno
de los grandes problemas y causales del conflicto armado en Colombia es
precisamente un ordenamiento no adecuado de los territorios rurales”, explica
el docente.
Este
ordenamiento se disputa entre distintas alternativas que están en función de
diferentes actividades de producción como la minería, los cultivos a gran
escala o la agroindustria. Sin embargo también está presente la alternativa
campesina de desarrollar una producción tradicional, que no necesariamente es
menos productiva o eficiente y que ha demostrado ser más sostenible ambiental y
económicamente, subraya el experto.
Frijol,
eje de la economía campesina
Cabrera,
ubicado en la Provincia del Sumapaz, es una región fértil y productiva que se
destaca por el cultivo de frijol, apetecido por sus propiedades alimenticias y
sus variadas presentaciones.
En
este municipio el frijol es un ingrediente determinante en la fabricación de
postres, puntualmente del arequipe artesanal que producen madres cabeza de
hogar quienes dan cuenta de los proyectos productivos surgidos en las
ZRC.
En
Cabrera existen muchos proyectos sobre educación para la economía campesina e
inversión en caminos veredales para sacar los productos y comercializarlos.
También se discuten temas culturales importantes en los cuales se plantea la
construcción de escenarios para conservar las diferentes tradiciones
locales.
Sin
embargo estos proyectos no se han podido adelantar en su totalidad, debido a
que las ZRC aún dependen de entes territoriales oficiales para obtener los
recursos que los respalden. Por ahora la autoridad municipal financia algunos
de estos programas, que van a paso lento.
Cabe
señalar que los planes de desarrollo sostenible son el principal instrumento
para la gestión de las ZRC. El primero de ellos fue aprobado 2000, con la
participación de la Alcaldía Municipal, la Universidad de Cundinamarca, la
Corporación Autónoma Regional (CAR), el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena)
y las organizaciones campesinas e integrantes de la comunidad.
En
este plan se mencionaron los problemas de infraestructura vial, las carreteras
inconclusas, el deficiente acceso al agua potable y la descomposición de la
economía campesina por los efectos de la apertura comercial.
Así
mismo se fijó en 18 hectáreas la extensión de la Unidad Agrícola Familiar (UAF)
y se dispuso que la extensión máxima adjudicable sea de dos UAF, de las cuales
una se debe destinar a la conservación ambiental, sin que esté permitido ocupar
o explotar las áreas de reserva forestal y las de conservación de aguas del
páramo de Sumapaz, señala el investigador.
“La
figura de las zonas de reserva, que fueron escenario de los grupos armados, se
dio como respuesta de las comunidades campesinas para ordenar el territorio,
ante la ausencia del Estado”, explica el investigador.
Por
lo anterior, el proceso de resurgimiento de este municipio, en medio del
conflicto armado, es un ejemplo para implementar las ZRC en otras regiones del
país, en el marco del posconflicto.
Al
respecto, se espera que con la implementación del punto 1 del Acuerdo de Paz,
sobre “Reforma Rural Integral”, se fortalezcan estos procesos y un ordenamiento
de los territorios rurales acorde con las necesidades de la economía campesina.
(Por: Fin/DGH/MLA/LOF)