La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) en convenio con la Corporación Ambiental Empresarial (CAEM), filial de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB), estudió el comportamiento de las emisiones de CO2 en 6 municipios piloto del departamento como son Sopó, Madrid, Tenjo, Tocancipá, Ubaté y Mosquera, siendo este último el mayor emisor de Gases Efecto Invernadero (GEI), altamente nocivos en especial para ecosistemas de montaña como páramos, bosque andino y alto andino.
En segundo lugar se ubicó el vecino municipio de Madrid, con un promedio de 214.065,45 toneladas de CO2е (carbono equivalente) al año. Mientras tanto, de los municipios objeto del estudio, el municipio de Ubaté se consolidó como el menor emisor, con 82.456,25 toneladas de CO2е.
El estudio indica que el sector transporte es el principal contribuyente en materia de contaminación con porcentajes de participación de hasta 57%, lo anterior después de monitorear entre 2013 y 2014, el comportamiento de este y otros sectores como lo son; residencial, institucional, comercial, industrial, agropecuario, residuos, uso de suelo y sumideros.
Solamente en Mosquera, uno de los principales corredores viales para el ingreso diario de vehículos de carga pesada a la capital del país, se registró un promedio anual de 169.696,28 toneladas de CO2e provenientes del sector transporte.
El cálculo de la huella de CO2е en estos 6 municipios cundinamarqueses, se realizó a través de una herramienta digital sin costo y de fácil manejo que recopila datos estadísticos propios de cada población a los que incluso se puede acceder fácilmente a través de entidades especializadas como la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) o las compañías de servicios públicos.
Al respecto, María Helena Báez, profesional vinculada a la CAR y unas de las líderes del proyecto, extendió la invitación a otros municipios para que implementen la calculadora de huella de CO2 en sus regiones: “Debemos tomar conciencia e implementar medidas de adaptación, que vinculadas además a los POT de cada municipio, permitan mitigar los efectos del cambio climático, no solo por cumplir con la normativa, sino por aportar realmente a un cambio. Tenemos una meta nacional, y es que según lo pactado en el COP20 de París, hemos de reducir emisiones nocivas en un 20% para el año 2030” puntualizó.
Por su parte, William Rodríguez Delgado, consultor sobre el cambio climático y la huella de CO2 de la firma CAEM, quien también acompaña el proceso de cálculo en cada municipio, resaltó los “múltiples beneficios sociales, económicos y de desarrollo que conocer y tomar acciones sobre la contaminación por CO2” puede traer para cada municipio. Además, señaló que “gracias a este proyecto no solo se establecieron cálculos, sino que se logró implementar algunas estrategias de mitigación como el uso de estufas ecoeficientes o el aprovechamiento de residuos orgánicos para la producción de compostaje.”
Una de las estrategias que la CAR promueve para la mitigación del impacto por cambio climático y la conservación de ecosistemas estratégicos como páramos y bosques naturales afectados, es el proyecto de pago por servicios ambientales BANCO2, que consiste en el aporte voluntario a fondos de conservación, enmarcados en contratos de donación por compensación de la huella de carbono, gracias a los cuales además, se logra apoyar a familias campesinas de la región.
En la jurisdicción de la Corporación, el proyecto BANCO2 beneficia a 23 familias en diferentes municipios de Cundinamarca como Cabrera, Pasca, Venecia, Arbelaez, San Bernardo, Fusagasugá, Sesquilé, Susa y Guachetá. Hoy, 193,89 hectáreas de ecosistemas especiales, están protegidos gracias a esta estrategia.